Son varias las etapas en las que puedo clasificar mi obra, la primera fue una etapa triste, el instrumento destacado fue el lápiz y son cinco las obras más representativas que conforman la colección gris; la segunda etapa fue la de trabajo, escuela y mujeres, esas fueron las razones debido a las cuales fue el bolígrafo la herramienta de trabajo que caracterizó esta etapa. Practiqué tanto que desarrollé una técnica sin precedentes.

La tercera etapa fue de imitación, durante este período trabajé mis ojos y mi técnica hasta el límite, aprendí a “ver”. En esta ocasión fue el carbón el medio utilizado. Por supuesto, las mujeres estuvieron presentes junto con retratos y escenarios reales.


La cuarta etapa llegó junto con la pérdida de visión y modificó radicalmente mi manera de dibujar. Surgieron dos vertientes, la de manchas y la de vitrales. Tuve que utilizar figuras simples, las obras están repletas de sencillez y mucho colorido en la mayoría de los casos. Pasé de lo realista y tradicional a lo abstracto y contemporáneo. Por otro lado las manchas son replicas exactas de las hemorragias que sufrí dentro de mis ojos.